El Viernes de Dolores: Un Camino al Corazón de María
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El Viernes de Dolores se celebra el viernes anterior al Domingo de Ramos, como un día de profunda devoción a la Santísima Virgen María, particularmente en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores. Este día nos invita a contemplar y unirnos al sufrimiento de la Madre de Dios, que acompañó a su Hijo Jesús hasta el pie de la Cruz, con un corazón traspasado por el dolor, pero firme en la fe.
Una devoción con raíces profundas
Esta conmemoración tiene sus raíces en la espiritualidad de la Iglesia desde la Edad Media, y fue promovida con fervor por la orden de los Siervos de María. Aunque litúrgicamente fue absorbida por la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores el 15 de septiembre, el Viernes de Dolores permanece viva en la piedad popular, especialmente en países de tradición hispánica.
Los Siete Dolores de María
En este día se meditan los Siete Dolores de la Virgen, que son momentos específicos de la vida de la Madre de Jesús en los que su corazón fue traspasado por el sufrimiento. Son:
La profecía de Simeón (Lc 2,25-35)
La huida a Egipto (Mt 2,13-15)
La pérdida del Niño Jesús en el templo (Lc 2,41-50)
El encuentro con Jesús camino al Calvario (Lc 23,27-31)
La Crucifixión y muerte de Jesús (Jn 19,25-30)
El descendimiento de Jesús de la cruz (Jn 19,31-37)
La sepultura de Jesús (Lc 23,50-56)
Contemplar estos dolores no es un ejercicio de tristeza sin esperanza. Al contrario, es entrar en el misterio del amor más puro, ese que no huye del sufrimiento sino que lo ofrece por amor y redención.
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María, modelo de fortaleza y fe
Ella, la Madre Dolorosa, no protestó, no huyó, no se rebeló. Ella guardó todo en su corazón, aceptando la voluntad del Padre incluso cuando no la comprendía del todo. Su dolor fue silencioso, pero profundamente redentor al unirse al sacrificio de Cristo.
Como ella, estamos llamados a ofrecer nuestros sufrimientos, unidos a la Cruz de Jesús, como oblación santa que puede dar fruto en nuestras vidas y en las de quienes amamos.
Una invitación a consolar a María
Hoy, en el Viernes de Dolores, podemos acercarnos a consolar el Corazón Inmaculado de María, acompañarla en su soledad, meditar el Rosario de los Dolores, participar en la Santa Misa y vivir el día con recogimiento, evitando distracciones mundanas y ofreciendo nuestras pequeñas cruces por amor.
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