El Papa Francisco avanza en su recuperación, pero su participación en Semana Santa sigue en duda

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El Papa Francisco continúa su convalecencia en la residencia Casa Santa Marta, en el Vaticano, tras superar una grave infección respiratoria que lo mantuvo hospitalizado durante 38 días. Aunque su estado de salud es estable y muestra mejorías en su respiración y voz —como se pudo observar durante su aparición pública el pasado domingo 6 de abril—, su participación en los ritos de Semana Santa aún no está confirmada.

La Oficina de Prensa del Vaticano informó que, tras un período de aislamiento, el Pontífice de 88 años ha comenzado a recibir visitas, como la del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, quien ya lo había visitado durante su hospitalización. Sin embargo, su agenda sigue siendo evaluada "momento por momento", dejando abierta la posibilidad de nuevas apariciones sorpresa, similares a la del domingo, cuando saludó a fieles en la Plaza de San Pedro tras la misa del Jubileo de los Enfermos.

En esa ocasión, Francisco apareció en silla de ruedas —debido a sus problemas de movilidad— y con oxígeno nasal, pero mostró ánimo al bendecir a los presentes e incluso atravesó la Puerta Santa de la Basílica. A pesar de este gesto, el Vaticano aclara que no hay eventos programados para los próximos días, priorizando su recuperación con fisioterapia respiratoria y motora, así como su tratamiento médico.

Mientras tanto, el Papa sigue trabajando desde su residencia, revisando documentos de los dicasterios y manteniendo contacto con comunidades en crisis, como la parroquia católica de Gaza, a la que ha llamado para brindar apoyo espiritual. Aunque su presencia en las celebraciones de Semana Santa es incierta, los fieles esperan que, si su salud lo permite, pueda sumarse a alguno de los ritos, tal como lo ha hecho en ocasiones anteriores con emotivas sorpresas.

Un pontificado marcado por la resistencia

La salud del Papa Francisco ha sido un tema recurrente en los últimos años, especialmente por sus problemas de movilidad y episodios previos de infecciones respiratorias. Sin embargo, su fortaleza espiritual y compromiso con la Iglesia lo han llevado a seguir adelante, incluso en circunstancias difíciles. Su recuperación actual es seguida con esperanza por millones de católicos alrededor del mundo, que elevan oraciones por su pronta mejoría.

Mientras el Vaticano mantiene un enfoque cauteloso, la posibilidad de ver al Papa durante la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo sigue siendo una incógnita, pero —como demostró el domingo— Francisco siempre puede sorprender.