Preguntas sobre liturgia: ¿aplicar sacramento unción a enfermos mentales?

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La Iglesia Católica, en su infinita misericordia, ofrece a los fieles el sacramento de la Unción de los Enfermos, un medio de gracia instituido por Cristo para fortalecer a aquellos que sufren enfermedades graves o se encuentran en peligro de muerte. Sin embargo, surgen dudas sobre su aplicación en casos de enfermedades mentales. ¿Puede este sacramento ser recibido por quienes padecen trastornos psicológicos severos?

Un Sacramento de Consuelo y Esperanza

Desde sus orígenes, la Unción de los Enfermos ha sido vista como un signo tangible del amor de Dios por los que sufren. Como enseña el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 1532), este sacramento no solo une al enfermo con la Pasión de Cristo, sino que también le otorga fortaleza, paz y valor para sobrellevar su situación. Además, si la persona no puede confesarse, la Unción puede conceder el perdón de los pecados.

El Código de Derecho Canónico (1004 §1) establece que el sacramento debe conferirse a quienes comienzan a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez. Pero, ¿qué ocurre con quienes padecen enfermedades mentales?

¿Puede la Unción de los Enfermos aplicarse a enfermedades mentales?

La tradición de la Iglesia ha sido cautelosa en la administración de este sacramento a personas con enfermedades mentales, pues se ha entendido que estas, en sí mismas, no siempre implican un peligro inmediato para la vida. Sin embargo, la ciencia médica ha avanzado y ha revelado que muchos trastornos psicológicos tienen una base física y pueden incluso ser mortales, como el Alzheimer, que afecta tanto la mente como el cuerpo.

Por ello, la Iglesia ha abierto la posibilidad de administrar este sacramento a quienes padecen enfermedades mentales graves. Según el Ritual para la Unción de los Enfermos (n. 53), pueden recibir la unción aquellos cuyo padecimiento les cause un gran sufrimiento y que puedan ser fortalecidos por este sacramento.

Criterios para su Administración

Si bien la Unción de los Enfermos es un signo de la misericordia de Dios, su administración debe hacerse con prudencia. No todas las enfermedades mentales justifican su recepción. Trastornos como la ansiedad o la depresión pueden ser graves, pero su gravedad debe ser discernida con cuidado. En estos casos, se recomienda la consulta con un médico y el acompañamiento espiritual.

Por otra parte, quienes padecen enfermedades mentales y han perdido la conciencia pueden recibir la unción si es probable que, en uso de razón, la hubieran pedido. Del mismo modo, si hay duda sobre la muerte de una persona, la Iglesia permite administrarla condicionalmente.

Más allá del Sacramento: La Gracia de Dios en la Enfermedad

Aunque la Unción de los Enfermos es un don precioso, la Iglesia recuerda que no es el único medio de fortaleza para quienes padecen enfermedades mentales. La Confesión, la Eucaristía y la oración constante son fuentes inagotables de gracia. También la devoción a la Virgen María y la dirección espiritual ayudan a sobrellevar el sufrimiento con esperanza cristiana.

Este sacramento, lejos de ser un rito reservado solo para los últimos momentos, es un signo de que Cristo acompaña a los enfermos en su dolor. 

Como dijo San Pablo: "Cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Corintios 12,10).

Que aquellos que padecen enfermedades, tanto físicas como mentales, encuentren en la Unción de los Enfermos la fortaleza para vivir su prueba con fe y confianza en el Señor, sabiendo que Él nunca abandona a los suyos.