¿Por qué la Cuaresma son 40 días?

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La Cuaresma es un tiempo sagrado de conversión, oración y penitencia, inspirado profundamente en las Sagradas Escrituras. Estos 40 días no son un número al azar; tienen un poderoso significado bíblico que nos llama a la reflexión y al encuentro con Dios.

En la Biblia, el número 40 aparece repetidamente como símbolo de prueba, preparación y renovación espiritual:

40 días y 40 noches duró el diluvio en tiempos de Noé (Génesis 7, 12), como un proceso de purificación para la humanidad.

40 años caminó el pueblo de Israel por el desierto, aprendiendo a confiar en el Señor y a abandonar las cadenas de la esclavitud (Números 14, 33).

40 días pasó Moisés en el monte Sinaí, en ayuno y oración, antes de recibir las Tablas de la Ley (Éxodo 34, 28).

40 días caminó el profeta Elías hasta llegar al monte de Dios, el Horeb (1 Reyes 19, 8).

Y sobre todo, 40 días pasó Jesús en el desierto, ayunando y resistiendo las tentaciones del demonio, preparándose para su misión pública (Mateo 4, 2).

La Cuaresma nos invita a seguir este ejemplo de Cristo: a retirarnos, aunque sea espiritualmente, al "desierto" de nuestro corazón, dejando atrás las distracciones del mundo para escuchar la voz de Dios.

Es un tiempo para ayunar, no solo de alimentos, sino de todo lo que nos aparta de Dios; para orar con mayor fervor; y para dar limosna, compartiendo con los demás el amor que hemos recibido del Señor.

Que cada uno de estos 40 días sea una oportunidad para morir a nosotros mismos y resucitar con Cristo, renovados en la fe y el amor.

"Conviértanse y crean en el Evangelio" (Marcos 1, 15).

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