Preguntas frecuentes sobre las procesiones en la celebración eucarística

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Pregunta

¿Pueden los monaguillos llevar la cruz de procesión y las velas al final de la Misa? Además, si los lectores, acólitos y otros ministros participan en la procesión de entrada, ¿deben también participar en la procesión de salida? 

Respuesta

Este tema se aborda de manera general en las normas litúrgicas, que indican que, al finalizar la Misa, los acólitos y otros ministros suelen regresar en procesión a la sacristía junto con el sacerdote y el diácono, siguiendo un orden similar al de la entrada. Sin embargo, no es obligatorio que todos los que participan en la procesión de entrada lo hagan también en la de salida. Por ejemplo, los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión pueden no participar en la procesión de salida si tienen la tarea de llevar la Comunión a los enfermos inmediatamente después de la Misa.

En cuanto al uso del incienso, las normas litúrgicas especifican los momentos en los que se utiliza, y la procesión de salida no es uno de ellos. Por lo tanto, el incensario y la naveta no se emplean en esta parte de la celebración. En muchas Misas solemnes, los portadores de las antorchas y el turiferario suelen retirarse a un lugar adecuado después de la Plegaria Eucarística, apagando las antorchas y guardando el incensario. Luego, los acólitos regresan a sus puestos para la procesión de salida, pero ya no encabezan la misma.

En la procesión de salida, los portadores de la cruz y las velas suelen ir al frente, seguidos por los demás ministros. El orden general es similar al de la entrada, aunque con algunas adaptaciones. Por ejemplo, el Libro de los Evangelios no se lleva en la procesión de salida, y el diácono que lo portó durante la entrada ocupará su lugar habitual junto al celebrante.

En resumen, aunque hay ciertas normas generales, la práctica puede variar según las circunstancias y las costumbres locales. Lo importante es mantener un orden que refleje el respeto y la solemnidad de la liturgia.