Oslam y Celam fortalecen la formación de los futuros sacerdotes en América Latina

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La Organización de Seminarios Latinoamericanos (Oslam) ha fortalecido sus lazos de fraternidad y cooperación con el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), marcando un nuevo rumbo en la formación de los futuros sacerdotes en nuestro continente.

Tras un encuentro entre las directivas de ambas organizaciones, celebrado del 27 al 31 de enero en Bogotá, se han establecido las líneas de acción para el trienio 2024-2027. Estas iniciativas buscan fortalecer los itinerarios formativos en los seminarios, con un enfoque en el acompañamiento personalizado, la unificación de criterios y el enriquecimiento mutuo en la formación de los seminaristas.

El padre Dionisio Gómez, presidente de Oslam, destacó que este esfuerzo se enmarca en un espíritu sinodal, es decir, caminando juntos como Iglesia. “Será un desafío no solo para los formadores, sino también para las futuras generaciones, que deberán poner en práctica estas dinámicas de escucha, diálogo y discernimiento”, afirmó.

Escuchar, dialogar y discernir

El padre Gómez subrayó que los planes futuros se basarán en tres pilares fundamentales: el diálogo, el acompañamiento personalizado y el discernimiento. Esto implica una escucha activa no solo de los seminaristas y formadores, sino también de las realidades que vive el mundo actual.

“Los seminarios deben abrirse a la realidad, no limitándose únicamente a lo académico, que es importante, pero también escuchando las voces de la ecología, la sociedad, los jóvenes, y los nuevos areópagos. Incluso las ideologías deben ser escuchadas y hacerlas resonar en nuestra formación”, explicó.

Fomentar las vocaciones desde la comunidad

Ante la disminución de vocaciones sacerdotales, el padre Gómez señaló que la Iglesia debe trabajar de manera transversal, integrando todas sus dimensiones pastorales. “Los seminarios no podemos caminar solos. Debemos estar en contacto con la pastoral familiar, la pastoral juvenil, la catequesis, y otras áreas como la pastoral de migrantes o de adicciones. Desde ahí, podemos sembrar y abonar la cultura vocacional”, destacó.

En este sentido, el sacerdote mexicano enfatizó la importancia de que los seminarios colaboren estrechamente con las familias, los matrimonios y las comunidades, para que desde allí broten las semillas de la vocación.

Un llamado a la sinodalidad

Este nuevo enfoque formativo no solo busca preparar mejor a los futuros sacerdotes, sino también fortalecer la sinodalidad en la Iglesia, es decir, caminar juntos como pueblo de Dios, escuchando y discerniendo en comunidad.