Un Sueño que Marcó una Misión: La Visión de San Juan Bosco
🎧 Escucha este artículo usando la función de audio de Chrome:
- Haz clic derecho en cualquier parte del texto
- Selecciona "Leer en voz alta"
- Si necesitas ayuda click aqui
A la edad de nueve años, San Juan Bosco tuvo un sueño que quedaría grabado en su corazón y en su mente para siempre. En este sueño, se encontró cerca de su casa, en un terreno amplio, donde una multitud de niños se divertía. Algunos reían, otros jugaban, pero muchos de ellos blasfemaban. Al escuchar aquellas ofensas, Juan sintió un impulso inmediato de intervenir, usando palabras y acciones para hacerlos callar.
En ese momento, apareció un hombre venerable, de aspecto noble y vestido con un manto blanco que lo cubría por completo. Su rostro era tan luminoso que resultaba difícil mirarlo directamente. Este hombre llamó a Juan por su nombre y le dijo:
«No con golpes, sino con mansedumbre y caridad, deberás ganarte a estos tus amigos. Ponte ahora mismo a instruirlos sobre la fealdad del pecado y la belleza de la virtud».
Juan, aturdido y asustado, respondió que era solo un niño pobre e ignorante, incapaz de hablar de religión a aquellos muchachos. Sin embargo, los niños, al escuchar estas palabras, dejaron sus riñas y blasfemias y se reunieron en silencio alrededor del hombre.
Confundido, Juan preguntó:
«¿Quién sois vos, que me mandáis una cosa imposible?».
El hombre respondió:
«Precisamente porque te parece imposible, debes hacerlo posible con obediencia y la adquisición de la ciencia».
Juan, aún más perplejo, insistió:
«¿Dónde y con qué medios podré adquirir la ciencia?».
El hombre le aseguró:
«Yo te daré la maestra bajo cuya disciplina podrás llegar a ser sabio, y sin la cual toda sabiduría se convierte en necedad».
Juan, buscando entender, preguntó nuevamente:
«¿Quién sois vos que me habláis de esta manera?».
El hombre respondió con dulzura:
«Yo soy el Hijo de Aquella a quien tu madre te enseñó a saludar tres veces al día».
Juan, recordando las enseñanzas de su madre, replicó:
«Mi madre me dice que, sin su permiso, no me junte con quienes no conozco. Por tanto, decidme vuestro nombre».
El hombre le dijo:
«Pregúntale a mi Madre».
En ese instante, junto al hombre, apareció una mujer de aspecto majestuoso, vestida con un manto que resplandecía como si estuviera cubierto de estrellas. Ella llamó a Juan con una señal cariñosa y, tomándolo de la mano, le dijo:
«Mira».
Al volverse, Juan vio que los niños habían desaparecido y, en su lugar, había una multitud de animales salvajes: cabritos, perros, gatos, osos y otros. La mujer le explicó:
«Este es tu campo, aquí es donde debes trabajar. Hazte humilde, fuerte y robusto. Lo que ves que ocurre ahora con estos animales, lo deberás hacer tú con mis hijos».
En ese momento, los animales feroces se transformaron en mansos corderos que, saltando y balando, corrían alrededor del hombre y la mujer, como si los festejaran.
Juan, profundamente conmovido, comenzó a llorar y suplicó que le explicaran el significado de aquella visión. La mujer le puso la mano sobre la cabeza y le dijo:
«A su tiempo, lo comprenderás todo».
En ese instante, un ruido lo despertó, y todo desapareció.
Este sueño marcó el inicio de la misión de San Juan Bosco, un llamado a guiar a los jóvenes con amor, paciencia y fe, mostrándoles el camino hacia Dios.
Suscribite para recibir las noticias diarias de Biencatolicos.com
Usted esta leyendo este articulo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelizacion, que se llama Bien Catolicos. Como usted puede imaginar, en nuestro trabajo se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelizacion para cada persona, sin importar el pais en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su ofrenda, lleva solo un minuto.
🕊️ Ofrendar ahora