Terminar el Año con Jesús y la Iglesia: Un Tiempo de Gratitud y Renovación

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Al acercarnos al final del año, la Iglesia nos invita a reflexionar, dar gracias y renovar nuestro compromiso con Jesucristo. Este es un tiempo especial para mirar hacia atrás con gratitud por las bendiciones recibidas y mirar hacia adelante con esperanza, confiando en el amor y la providencia de Dios. Terminar el año con Jesús y en comunión con la Iglesia no solo nos llena de paz, sino que también fortalece nuestra fe para enfrentar los retos y alegrías que el nuevo año traerá.

Dar gracias: Reconocer la mano de Dios en nuestra vida

San Pablo nos recuerda: “Den gracias en toda circunstancia” (1 Tesalonicenses 5:18). Al cerrar el año, es importante reconocer cómo Dios ha actuado en nuestra vida, incluso en medio de las dificultades.

Gratitud por lo recibido: Podemos reflexionar sobre los momentos en que sentimos la presencia de Dios: en las alegrías, los logros, las oraciones respondidas, y también en las pruebas que nos ayudaron a crecer.

Agradecimiento por la comunidad: Dar gracias por nuestra familia, nuestros amigos y nuestra parroquia, donde encontramos apoyo y fortalecimiento espiritual.

Una excelente manera de expresar esta gratitud es participar en una Misa de acción de gracias al final del año. En muchas parroquias, se celebra el Te Deum, un himno de alabanza que honra a Dios por su fidelidad y misericordia.



Examen del año: Un momento para reconciliarnos con Dios

Así como hacemos un examen de conciencia al final del día, el cierre del año es una oportunidad para hacer un examen espiritual más profundo. Preguntémonos:

¿Cómo fue mi relación con Jesús este año?

¿Qué cosas hice bien y en cuáles necesito mejorar?

¿Qué áreas de mi vida necesitan más luz y guía del Señor?

Terminar el año con una buena confesión nos permite reconciliarnos con Dios y comenzar el nuevo año con un corazón limpio y renovado.

Unirnos a Jesús en la oración

La oración es el puente que une el pasado, el presente y el futuro en la presencia de Dios. Dedicar un tiempo al final del año para orar puede ayudarnos a reconocer el amor de Dios y a encomendarnos a su voluntad para el año que viene.

Orar en familia: Reunirse para rezar el Rosario, dar gracias por el año que termina y pedir por el nuevo año es una hermosa tradición.

Adoración al Santísimo: Pasar unos momentos en silencio ante Jesús en la Eucaristía nos llena de paz y nos permite escuchar su voz en nuestro corazón.

Celebrar con la Iglesia: Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

El último día del año también nos prepara para recibir el 1 de enero, cuando la Iglesia celebra la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios. María nos enseña a confiar plenamente en Dios, a meditar todo en nuestro corazón y a caminar con fe en el nuevo año.

Además, este día es la Jornada Mundial de la Paz, una ocasión especial para pedirle al Señor que llene el mundo de su paz y que nos convierta en instrumentos de reconciliación en nuestra familia, parroquia y sociedad.

Propósitos con sentido cristiano

Es común hacer propósitos de Año Nuevo, pero como cristianos, podemos darles un sentido más profundo.

Crecer en la fe: Asistir más a Misa, leer la Palabra de Dios, profundizar en nuestra oración.

Amar más al prójimo: Ser más generosos con los necesitados, fortalecer los lazos familiares, servir activamente en nuestra parroquia.

Ser testigos de esperanza: En un mundo que a veces parece oscuro, llevemos la luz de Cristo con alegría y confianza.

Un año con Cristo, que es el Alfa y el Omega

Jesucristo, como nos dice el Apocalipsis, es el Alfa y el Omega, el principio y el fin (Apocalipsis 22:13). Esto significa que todo lo que hacemos comienza y termina en Él. Al finalizar el año, pidámosle que siga siendo el centro de nuestra vida y que nos guíe con su amor en cada paso que demos.


Que esta despedida del año sea una verdadera fiesta de gratitud, esperanza y fe, recordando que todo lo podemos en Aquel que nos fortalece (Filipenses 4:13).


¡Que Jesús y María nos acompañen siempre, y que el año nuevo sea un tiempo de bendiciones y crecimiento espiritual para todos!

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