La razón por la cual Jesús nació en un pesebre

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Jesús nació en un pesebre por varias razones profundas y significativas, tanto históricas como espirituales. Este humilde lugar de nacimiento encierra una gran enseñanza para toda la humanidad.

Humildad y Sencillez

Dios quiso que Su Hijo se hiciera hombre en la forma más humilde posible, naciendo en un pesebre, para mostrarnos que la grandeza no se encuentra en las riquezas ni en el poder terrenal, sino en el amor, la obediencia y la sencillez. San Francisco de Asís decía que "la humildad es la madre de todas las virtudes", y el nacimiento de Jesús en un pesebre es el ejemplo perfecto de esta virtud.

El nacimiento de Jesús en un pesebre tiene un profundo significado que también apunta a su identidad como el "Cordero de Dios". En la tradición judía, los corderos ocupaban un lugar central en los sacrificios del templo, especialmente el cordero pascual, que simbolizaba la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto (Éxodo 12). Jesús, al nacer en un pesebre, ya comenzaba a revelar su misión como el verdadero Cordero que quitaría el pecado del mundo.

El Cordero de Dios

San Juan Bautista declaró: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (San Juan 1, 29). Esta proclamación une la misión de Jesús con el sacrificio perfecto que los judíos esperaban para la redención de la humanidad. Su nacimiento humilde y entre animales alude a esta identidad sacrificial.

En la región de Belén, donde Jesús nació, los pastores cuidaban corderos destinados al sacrificio en el templo de Jerusalén. Algunos estudiosos señalan que los pastores a quienes los ángeles anunciaron la buena nueva entendieron que el nacimiento de Jesús estaba relacionado con el sacrificio. Al ser colocado en un pesebre, el lugar donde los animales comían, Jesús ya mostraba que sería el alimento espiritual para todos, y que su sacrificio sería la liberación definitiva.

Jesús nació para ofrecerse como el sacrificio perfecto y definitivo, reemplazando los sacrificios de animales prescritos en la Ley de Moisés. Su vida, muerte y resurrección cumplen la promesa de Dios de enviar un Mesías que establecería una nueva alianza. Como dice la Carta a los Hebreos:

“Cristo fue ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos” (Hebreos 9,28).

Jesús y la Pascua Judía

El simbolismo del cordero pascual es clave. Así como el cordero en Egipto fue sacrificado para que la sangre protegiera a los israelitas del ángel de la muerte, Jesús derramaría Su sangre para protegernos del pecado y darnos vida eterna. Su nacimiento en un lugar asociado con animales subraya esta conexión con el sacrificio pascual.

Jesús no vino solo para los judíos, sino para toda la humanidad. Sin embargo, al usar imágenes y símbolos tan familiares para ellos, como el cordero, les mostró que Él cumplía las promesas del Antiguo Testamento. El profeta Isaías había anunciado al Siervo Sufriente que sería como un cordero llevado al matadero, silencioso y obediente (Isaías 53:7).

El pesebre anuncia la misión de Jesús como el Cordero de Dios. Cada detalle de su nacimiento está lleno de amor y significado. Que estas verdades aumenten tu fe y amor por nuestro Salvador, que entregó todo por nuestra salvación.