María como “Mediadora de todas las Gracias”

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La devoción a María como “Mediadora de todas las Gracias” es una expresión de la fe católica que honra el papel único que María tiene en el plan de salvación. La Iglesia nos enseña que María, al ser la Madre de Jesús y cooperadora en Su misión redentora, participa en la distribución de las gracias que su Hijo ha obtenido para nosotros en la cruz. 

En este título, reconocemos que todas las gracias nos llegan a través de María, no porque ella sea fuente de la gracia —pues sólo Dios es la fuente de toda gracia—, sino porque Él quiso que ella participara de una manera singular en el plan de redención. María es, por tanto, como un canal por el cual pasan las bendiciones y las gracias hacia nosotros.

San Bernardo de Claraval expresó esta devoción bellamente cuando dijo: “Dios ha querido que nada recibamos sin pasar por las manos de María.” Y el Papa San Pío X enseñó que en este papel de mediadora, María, como Madre de la Iglesia, ora y se preocupa constantemente por nosotros, intercediendo ante Dios con amor maternal.

Este título también invita a los fieles a acercarse a María con confianza, pidiendo su intercesión para recibir las gracias que necesitamos para nuestra vida cristiana. En la devoción mariana, especialmente en la advocación de “María, Mediadora de todas las Gracias,” los católicos encuentran una manera de profundizar su amor y gratitud hacia la Madre de Jesús, confiando en que ella intercede por nosotros de una manera muy especial. Como Madre de todos, nos guía hacia su Hijo y cuida de nuestras necesidades espirituales, ayudándonos a recibir las gracias necesarias para seguir el camino hacia la santidad.