¿Peco utilizando decoraciones en Halloween?

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La celebración de Halloween y el uso de decoraciones espeluznantes pueden suscitar preguntas en la fe, especialmente acerca de si es adecuado como cristianos participar en estas costumbres. La Iglesia no establece una enseñanza específica sobre las decoraciones de Halloween, pero nos orienta a considerar nuestras intenciones y a tener en cuenta ciertos principios de fe al participar en estas prácticas culturales.

Aquí algunos puntos importantes que podrían ayudarte a discernir:

1. Intención y significado

El objetivo de la decoración o celebración es fundamental. Si se hace de forma inofensiva y con el ánimo de entretener o divertirse, sin intenciones de venerar la oscuridad, no sería un pecado en sí. Sin embargo, si las decoraciones están orientadas a promover un ambiente o mentalidad que glorifique el mal o el miedo, o que exalten lo demoníaco, entonces sí podría plantear un problema espiritual.


2. Evitar la glorificación de la muerte o lo maligno

Como católicos, creemos en el valor de la vida y en el poder de la resurrección. La muerte y la oscuridad no tienen la última palabra para nosotros, porque Cristo ha vencido la muerte. Al elegir decoraciones, podríamos buscar aquellas que no glorifiquen al mal o se enfoquen en el horror, sino que quizá reflejen más la alegría de los santos, recordando que el mal y la muerte ya han sido derrotados por Cristo.

3. El mensaje que transmitimos

Las decoraciones y el ambiente que creamos envían un mensaje, especialmente a los niños y a los demás miembros de nuestra comunidad. Preguntarnos si nuestras decoraciones inspiran miedo innecesario o invitan a la reflexión sobre temas santos puede ser útil. Muchos católicos optan por decorar de forma alegre, por ejemplo, con temas de santos, ángeles, y cosas que celebran la victoria de la vida sobre la muerte.

4. Consciencia de nuestras prácticas culturales

Halloween es originalmente la víspera de la Solemnidad de Todos los Santos, o "All Hallows' Eve", y está relacionada con recordar la vida de los santos y orar por las almas de los difuntos. Por lo tanto, podría ser un buen momento para honrar la santidad y reflexionar sobre el destino final de cada alma.

En conclusión, no es un pecado en sí utilizar decoraciones espeluznantes, siempre que no contradigan la fe ni intenten glorificar lo maligno. Puedes acercarte a esta celebración desde una perspectiva de fe, buscando que cualquier expresión cultural también refleje los valores y el amor que tenemos en Cristo.