Oración del Papa Francisco por la paz en el mundo
Querido Espíritu Santo, en este momento de profunda necesidad, Emaús radio y el Papa Francisco se unen en una humilde súplica para pedirte que derrames tu poderosa y transformadora presencia sobre el mundo entero. Sabemos que en tus manos descansa el poder de la paz, por lo que te pedimos que inundes nuestros corazones, nuestras comunidades y nuestras naciones con la serenidad y la armonía que solo tú puedes brindar.
En un mundo marcado por el odio, la violencia y la discordia, necesitamos desesperadamente tu santificadora influencia para romper las cadenas del conflicto y la opresión. Imploramos tu guía para que ilumines los corazones de quienes tienen poder y autoridad, inspirándolos a buscar el camino de la compasión y la justicia en lugar de la venganza y el interés propio.
Te rogamos, Espíritu Santo, que estés presente en todos los rincones de la tierra donde el sufrimiento y la desigualdad prevalecen. Que tu consuelo y consuelo sean derramados sobre aquellos que experimentan guerras y persecuciones, aquellos que sufren las consecuencias de la pobreza y la injusticia, aquellos que están atrapados en el ciclo interminable de la violencia y aquellos que han perdido la esperanza.
Emaús radio y el Papa Francisco te suplican, Espíritu Santo, que te manifiestes de manera especial en los corazones de los líderes mundiales. Que sean bendecidos con la sabiduría divina para tomar decisiones justas y promover la diplomacia en lugar de la confrontación. Que escuchen tu voz susurrando palabras de armonía y cooperación, para que puedan trabajar juntos en la construcción de un mundo donde la paz sea una realidad tangible.
Y, finalmente, te pedimos que nos concedas el don de la paz interior en nuestros propios corazones. Que podamos ser portadores de tu amor y reconciliación en nuestras relaciones y en nuestro entorno. Capacítanos para ser instrumentos de paz, para que podamos difundir la esperanza y el perdón a aquellos que nos rodean.
Encomendamos estas peticiones a tu amorosa y misericordiosa presencia, confiando en que escucharás nuestras oraciones y responderás según tu voluntad. Amén.